domingo, 20 de noviembre de 2016

Pretexto cobarde

Había en el aire cierta magia
quizás fuera la gente con pancartas
o una mera ilusión del recuerdo,
pero allí estaba buscándote.
No sabía de tu vida, de tus tacones
ni de aquella camisa de tu padre
pero sabía que eras grande,
aún siendo tan pequeña.
Y recuerdo que te ví, risueña
Con carita de ángel, tímido,
puede que asustado, no se,
pero hubo un impulso en mí,
un ensoñamiento repentino,
un "¿Joder, de donde sale!?"
Que me oprimía
sin dar tregua un sólo instante.

No se que pensaste tú al verme
pero aquellas cervezas
Y un saxo ronroneándote baladas
eran un pretexto cobarde
para acercarme y
sentir como respirabas,
como late el alma
que guardas con llave.
No lo conseguí, pero no es tarde,
creo.

Luego una despedida,
que ahora me quema
como el fuego intenso que arde,
esa llama, que no ha podido apagarse
desde que te ví,
por un instante,
por un segundo
Y pensé:

"Joder, ¡es perfecta!

¿De dónde sale!?"

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Días impares

Todo me sabe a nada,
si es para volver a ver
esos ojos de mar nocturno,
de dunas de desierto sin luna,
de estrellas de cielo,
remanso de aurora,
estupor clandestino,
de noches sin laguna
en el fondo del oceano.

De la vida sin prisa
Y la prisa en juego de lo diàfano.
Del amor adolescente,
del gitano y su guitarra
cantando rumbas en tu nombre.
Que los mares de aquella patria etrusca
son heridas de bala en la nuca
de  muerto en la cuneta,
como mi maestro poeta
que fue García Lorca.

El olvido de tus labios,
el sabor de los recuerdos

y la duda...

Que corroe los poros
y el sudor de espigas
en los párpados amortajados
bajo la mesa color caoba
entallada en bisel de labios
2'50 en el chino de abajo.
Y las gatas callejeras
riegan la noche plañidera
con un maullido incesante
de cariños no verbales y berrea.
Que no hay tregua sin pelea
ni atasco que valga serlo fuera de la M-30.
Que me arde la vocación en el pecho
como cada cigarro que añoro
un lunes festivo sin tabaco.
Que estoy bebiendo esta mistela
en honor de la tela descosida
de tu recuerdo enmarcado.
Y la lluvia ya no sabe como antes
como cuando mordias fuerte
y salía un "No pares"... de la garganta.

Que los días impares
no madruga la madrugada
y los bares te persiguen...

A ras de minifalda.

Y la luna es más cobarde
y los sueños disfraces
de lamentos quedos y angustias
y las tres o cuatro golondrinas que  quedaban
son ahora palomas aforadas en ginebra
y los placeres de verte
son intrusas y malevolas musas.

Y soñarte nunca fue tan lindo
ni los besos tan reales.

Que ya no queda más adentro
"Un chupito compadre"
y que la suerte sea vuestra
cuando a mi no me acompañe.

No me esperes despierta,
que a veces me entretengo
y casi siempre     

                             llego tarde.

viernes, 7 de octubre de 2016

Lentillas agotadas

Y aunque el fuego no sea nuestro
ardemos como nunca antes
iluminando cada segundo
de los restantes dias
que nos quedan para irnos.
Una canción cobarde,
un trago a traiciòn,
un descuido, la sangre
caliente entre las manos.
El pecho latiendo fuerte,
el tabaco, ahogándote
la saliva gritándome,
el reloj llorando.
Las pulsaciones escondidas
entre el rimel negro azabache
colinas de agua que se escurren
como un rio por las  noches.
La sonrisa peligrosa,
de felicidad inmensa
como el universo que regalas
con cada pestañeo
de unas lentillas agotadas
el espejo de mi alma.
Las gotas de sudor,
el rostro encendido,
la maraña de pelo,
el estupor de lo cotidiano,
el terror a lo nuevo
o el olvido sin miedo a lo nuevo.
La desidia, el fracaso
de todos los fracasos
la esperanza a lomos
de un galgo plateado.
La más pura sensación
de libertad eterna,
de arrancarnos a jirones
el resto de los clavos.
Los arañazos de papel
Que me deja tu ausencia.
Los dos besos, la despedida.
El fuego,
           la esencia,

                           La vida.

Tú.
Esa es la definición de todo.
Y también de la nada
Del fino rostro entaimado
Entre dos cascadas
Que brotan de unos ojos
Tan perfectos como vivos
Tú.
Eso eres cuando vuelas
Y tus brazos se hacen alas
Y tus pies de barro fresco
Son las raices que irremediablemente
Me atan al suelo
Para que no me escape,
Para que recuerde ese aliento
De menta, sal y espiga.
Tú.
Ese es mi universo, mi fuego
Mi vida
Tú.
Simplemente la fuerza más precisa
La nota que nunca duele
Pero siempre culmina.

Tú, sólo tú.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Café Clandestino

Joder, que bien
me sienta el café de la mañana,

cuando me levanto
y tengo resaca de olvidar
más seis o siete copas
de brandy, ginebra o coñac.

Pero que bien
que me sienta este café,

que me ayuda a alejarme
del recuerdo de esos labios
que no eran mios, en tu boca,
del olor, del sudor, de las gotas.

Y en el baño un sentimiento
extraño, más suyo que nuestro
un baile, las notas, la guitarra
y ese 'Shine on your crazy diamonds'
realmente jodido en el pecho.

Pero joder, que bien
me sienta este café,

que me hidrata de todo
lo que podría haber gritado
o de lo que podría haber sido
sin ser, por supuesto, nada.

Que ya me cansa
que siempre es lo mismo
la mente rayada y
los versos en la garganta
                                       
                                              Escociendo.

Que no puedo seguir resumiendo
las noches de resaca
en este café clandestino
que me resucita cuando no puedo morir

Pero joder, que bien
está el café por las mañanas

y      que   jodido   el     camino

                                   

jueves, 18 de agosto de 2016

Fuego

A veces cuando sueño
el fuego es nuestro.
A veces, cuando no me despierto,
te giras y me abrazas.
A veces, si sueño,
tambièn te quiero.

Mientras, el ruido pasa
Y las horas se
hacen largas esperas,
en lo más profundo de esa mirada
de cuarto menguante.

Y las lenguas extranjeras
ya no me saben como antes,
que el adiós que me negaste escuece
aquí, justo aquí,
entre el alma y los pulmones.

A veces cuando sueño
el fuego es nuestro.

Y, a veces,

sin haberlo planeado
      
                            
ardemos.

viernes, 5 de agosto de 2016

Entre París y New York

Daría todo por curarte
cada mañana de resaca no querida,
y de otros males que te afligen.
De poder darte todo a cambio de nada,
de llorar tus lágrimas como si fueran mías.
Daría la vida por salvar la tuya,
aunque, fuera una tarde
sin despedida o una noche
de alcohol y ajetreo
entre tus cuadros de París y New York.
Daría cada uno de mis segundos
por cambiar la perspectiva de tu cuarto
y que por una vez vieras lo que yo veo.

Y, sin embargo, cada noche
Antes de sentirnos nuestros
te giras y me dices:

"Gracias por el ruido, cariño."

Y entre tu puerta y mi miedo,
Resuena a lo lejos tu voz.

lunes, 18 de julio de 2016

Callar

A veces pienso que el tiempo
es extremadamente injusto
y que nunca ha corrido
a la misma velocidad para los dos
Que tú ya lo tienes todo
 y yo, por mucho que suplico
a penas acabo de empezar
Que me estoy dejando los huesos
en los peldaños de esta escalera
Y no te culpo, diré antes de que te ofendas
pero me parece demasiado jodido el mundo
y a ti te ha llegado envuelto en papel de regalo.

No lo se, será mi culpa, supongo,
pero es que a ratos me da por pensar
y descubro que no todos hemos nacido 
bajo las mismas condiciones
Y, así como de refilón,
veo pasar a la muerte
y me da miedo no poder alcanzarte
y que tenga que ser yo el único que cargue
con todos tus malditos pecados
Y que como siempre
sean los justos los que deban pagar
y callarse.

Azimut y altura

Descubrir aquella inmensidad 
fue como enamorarse


Ya lo decía el profesor Tysson
en la nueva versión de Cosmos
mientras Bruno descubría el universo
entero, infinito e inabarcable,
algo así como tu recuerdo.
Ayer, curioso, me hablaste
y por algún motivo que no logro comprender
se juntaron entre cada palabra
millones de esferas celestes
desdibujándose en el azimut y la altura
que marcan la salida de tus ojos,
las dos únicas estrellas que brillan en mis noches.
Y por mucho que me disguste admitirlo
son esas dos pupilas tuyas
el único recuerdo recurrente
por el que daría lo que fuera
a cambio de no perderlos nunca.
Aunque sepa que siempre será
la más absoluta mentira
por la que renunciaría al universo entero
y la infinita inmensidad que es quererte.

domingo, 12 de junio de 2016

Como cada jueves por la tarde

Y es de tanto recordar
que me duelen las venas,
las angustias 
como cristales de bohemia,
la  desilusión malherida de gritar fuerte
y arrancar a tragos largos las penas.
Que entre tu y yo se queda
a mitad de camino
el adiós que nunca te he sabido dar
y los reflejos del Sol
en tu piel morena
me calientan a ratos 
y otros sólo me queman.
Ojalá el paso con que andabas
a las afueras de Madrid
un jueves triste de resguardo
acabe por cubrir de tierra seca los pasos
que todavía hoy resuenan 
en las esquinas de esta casa.
Ojalá las noches de alcohol y borrachera
te vuelvan a traer a mi
y las horas que están aún por venir
sean más livianas,
cuando tus ojos de almendra tostada
se claven en mis pupilas hambrientas
de tus dulces labios de sacarina en polvo
de las medias negras bajo la cama
de todo lo que me das, sin darme nada
de tus gemidos en mi oreja
de tus uñas clavadas en mi espalda
de tu olor a violeta y jazmín
del sudor violento que junta nuestros cuerpos

de tí.

Ojalá sueñe que me sueñas
aunque ya no estés para repetir
y la vida nos impida jugar otra vez
como solíamos hacer 
cada jueves por la tarde.

Ojalá que nunca más llores

Ojalá que la vida no sea muy triste

sin ti.
 

martes, 24 de mayo de 2016

Arañazos de papel

Estas son las palabras
que nunca me gritaste
las que nunca marcaron
con arañazos mi carne
las de ayer por la noche en tu cama
cuando los versos sudaban
entre tus dos piernas desnudas
y la falda moría de envídia
arrodillada en la silla del salón.
Estas son las palabras
que ya no quiero
las que no volveré a llorar
las que en el fondo
siempre me juraron
que se irían con otro.
Y ahora reescribo la despedida
que debí darte hace tiempo.
 
Estoy harto de perder la vida
 la que dejo en estos renglones.
 
No volveré a caer ni desangrarme
 
Que a este poeta no le queda
ni una sola gota de tinta

y mucho menos
 
de sangre.

lunes, 9 de mayo de 2016

Bajo el cielo de Madrid

Aquí están otra vez
las migajas de un nuevo día
el café en vena a las seis de la mañana
corriendo-te  despacito

con ese frío que hiela la sangre
y observas el metro, sin ganas,
alejarse mientras corres 
en dirección Sainz de Baranda.

Y corres, vuelas y saltas
y maldices todas las copas
que tomaste ayer por la noche.
Te giras con cuidado
sin mostrar todo tu cansancio

por hoy ya tienes suficiente.

Y agonizas frente a la mirada
grotesca de un televisor de plasma
que te dice que todo va bien
y que viajar es más barato
si tienes menos de veintiseis.

Y la rutina se te come
y cuando comes lo haces sin alma
que se lo ha llevado todo
esta ciudad de polen gris
 que te llena los pulmones
de alquitrán negro y acónito.

Y llegas a casa 

 mueres

en el colchón que te ve marchar

cada 
               nuevo
                                puto 
                                          día

a las seis de la mañana.

Llueve

 Y llueve y llueve

y los tejados son estados
de disolución acuosa y nubes
y las calles tendidas en las urbes
se me antojan angostas praderas de coches
y asfaltados caminos grises.

Y llueve y llueve

entre mis pies mojados y ausentes
de mil vidas pasadas y perdidas
que no son tristes
 por ser más tuyas que mías.

Y entre las gafas mil gotas
de hielo fundido que reblandece
los segundos condensados e inhertes...

Y llueve y llueve

Y tengo frío si estoy en casa
cuando llega la tarde y tú no vuelves.
Que tengo miedo del presente
que es perderse entre ojos extraños.
que a veces sueño
que te sueño un rato
y luego otra vez despierto
entre las calles desiertas y muertas

en las que siempre...

 llueve y llueve.

domingo, 1 de mayo de 2016

Sándalo

Hoy la he vuelto a ver
la musa de las musas
la venus más sensual
del planeta Tierra.
Esos ojos de sándalo, esa piel
de arena y cal mojada
de la playa que baña su aroma.
Ese desmedido contoneo
que confirman sus caderas
el más grande de los versos
que son dueños de los sueños
que ya no son mios, sino suyos
que hasta eso le regalo por un beso.
Esos labios, rojo Channel
que queman como las brasas
que llevo clavadas en mis huesos
y en lo más profundo del alma.
Que no tengo más deseo
que olvidarme de la vida
en esa madreselva que es su pelo
que es en su pecho
donde quiero vivir la guerra.
 
Que si muero sea en esos ojos.
 
Que si muero,
 
Por Dios,
 
sea por ella.

lunes, 25 de abril de 2016

No me gusta mojarme

No me gusta mojarme
que las gotas de agua
oxidan mi alma destilada.
Que las manchas de barro
son en mis botas la balanza,
el peso muerto que llevo a rastras
cuando intento escapar y no puedo.
Que son las gotas en mis gafas
lágrimas escanciadas de guerra fría,
el olvido entre las sábanas de tu cuarto.

No me gusta mojarme
que las gotas que se calan
entre las nubes de asfalto
son enredaderas que trepan
como yo hice por tu cuerpo. 

No me gusta mojarme
que las gotas de agua
se me pegan en los huesos
como el alcohol y la madrugada.

No me gusta mojarme
que la lluvia me recuerda a ti
cuando te quise dar todo
y tú, amor,
 ya no estabas.

¡Oh, Guadalajara!

Que no son más diáfanas las flores
que el hecho de la vida eterna.
Que al igual que las verdes praderas
la esencia de una vida plena
acaba esta tarde de domingo.
Que no hay camino o acera
que no sea buena cama
para el mendigo.
Que en las tardes ajenas
la triste Guadalajara
guarda el recuerdo del Sol
en las acequias grises y empedradas.
Que no hay lugar más oscuro
aún cuando la luz baña
por completo sus lindes.
Que en este mundo no existe
una tierra tan breve ni tan simple
como la muerte blanca
de las carreteras estancadas
que me llevan a sus pies. 
¡Oh, Guadalajara!
Tierra vacía de pájaros libres
lléname de tu infinita ausencia
Madre patria de nadie...
Te quiero tanto 
que la vida pasa y 
yo ya no soy nadie
por pensar en ti
como quien piensa
en los baldíos ecos del hambre.

martes, 19 de abril de 2016

Requiem a una mosca

Lo siento.

No se que impulso animal
me ha llevado a hacerlo
y se que mil poemas no bastarán
para recuperar lo que hoy se ha perdido.
Que de entre todas las cosas
hace nada eras un ser vivo
y ahora como una foto en blanco y negro
duermes por siempre en el olvido.
Que mi memoria no te recordará
más de dos o tres minutos
pero merecías este requiem.

Y quizás no sea suficiente
para que todo el mundo que hoy respira
recuerde tu último aliento.
Tú que fuiste tan capaz
aferrándote cada segundo
a un instinto puro y necesario.

Ahora sólo espero que tu muerte
lleve mi errático vuelo
lejos de aniquilar otra vez
lo que un día fue
y ahora ya no existe.

Lo siento, mosca.

Este canto te pertenece
porque al igual que tú,
vago perdido en este infierno.
Al igual que a ti,
alguien me aplastará
dejando un rastro amargo
de luz y sombra.

Porque sé, que al final de los días
nadie me escribirá,
porque al final de esta partida
sólo seré una mosca más,
como tú lo fuiste hoy,
muerta y perdida en el retrato
 del asesino que te arrebató la vida
y ni siquiera se ensució las manos.
 

domingo, 17 de abril de 2016

Muerte

Muerte:
Estado relativo de la vida
en el que sueñas con algo mejor
y que por mucho que lo intentes
nunca lograrás tener.
Como tú, mi vida
que dueles, aún después de morir.


A ratos la muerte me persigue
y otros la persigo yo a ella,
no es nada extraño, simplemente
 tenemos un relación abierta.
Y con el paso de los años
la observo más inquieta
como si quisiera decirme algo
y yo, pobre mortal, no la entendiera.
Veo su sombra cada noche
en los portales que se cierran
en todos los bares y fiestas
que me empeño en recorrer,
con el único fin de comprender,
de obtener una simple respuesta.
 No es mi culpa enamorarme,
siempre me han gustado
los casos más extraños.
No pido tanto, aunque no me creas
besar esos labios,
 notar el final de cerca
y despedirme.
Quizá sea mejor así,
 seguir luchando cada día.
Pero si algún día te la encuentras
dile que la estoy esperando
y que aunque no lo parezca
hace mucho que la observo
al fondo de los acantilados.
 
 

sábado, 16 de abril de 2016

Poesía

Ayer descubrí que la poesía
ya no es Benedetti, ni Becquer,
que no canta Machado saetas
que la generación del 27
hace mucho que está muerta
y Lorca sigue tirado en aquella cuneta.

No, la poesía no es lo que era
o lo que yo quisiera recordar que fue,
en su lugar sólo veo bares
donde el alma se vende por una cerveza
y el amor es una orgía descontrolada
de penas y licores.
Que un polvo en cualquier baño
dice más de ella que cualquier recital.
La poesía ya no es lo que era,
murió el día en que un poeta
te trató como si fueras carnada
y tú, dulzura, en aquella barra
con más ansias que ganas, lo esperabas.
La poesía ya no me hiela la sangre
tan sólo me recuerda
a las noches profanas y absurdas
a la pérdida de tu nombre en mis entrañas
el dolor en los huesos que me queda
de quererte, como nunca quise a nadie.

Te fuiste con un poeta
y con él te fuiste tu,
que siempre fuiste mi verdadera poesía
lo que siempre quise escribir
el principio y el fin
de cada uno de mis poemas.
 

jueves, 14 de abril de 2016

Roto

Roto

Roto como mis manos
tras golpear aquel cubo de basura
que se interpuso en mi camino.
Roto como el alma sucia
que tengo pegada en los huesos.
Roto como el silencio
de esta vida que llevo 
que a ratos duele y otros
 es sólo una caricatura.
Roto como el corazón agujereado
de quien lo ha dado todo
y sólo recibe puñaladas bajo la cintura.
Roto como la esperanza
esa asquerosa tortura
que nos confiere una seguridad
falsa, ingenua y oscura.
Roto como la mordaza
que tapa estos ojos muertos
de poeta fracasado bajo las sombras
que delatan mi posición bajo la luna.
Roto como esa farola
que está debajo de tu casa.
Roto como la vida que soñaba
vida, que no es vida, sino muerte
cuando te empeñas en señalarme
que no me engañe, que no hay nada.
Roto como mis botas llenas de mugre
de andar las calles tras tus pasos
y en cualquier lugar perderme.
Roto como las copas 
que nos bebemos por los bares.
Roto como el espejismo
que durante dos minutos y medio
proporcionan tus palabras
cuando me susurras al oído.
Roto como las comisuras de unos labios
que te empeñas en negarme.
 Roto como las palabras
que desangro en este papel.
Roto como el suelo bajo mis pies
cuando salgo del metro
y dejo de saber quien es.
Roto como la muerte próxima
que viene a por mi,
a sacarme de este calvario
que es mirar atrás y verte con él.

Y ahora
 aquí estoy, sin ti,
Roto.
 

lunes, 11 de abril de 2016

Bajo la trinchera

Cada mañana te veo
cuando se empeña en recordarte
la pantalla del metro
pero no es mi culpa
ni la de nadie
que fuera en Quevedo
donde me encontrases.
Que ya no se como escaparme
de este augurio inexplicable
esta playa sin mar
este semáforo sin malabares.
No se como explicarte
que soy un pobre reo
sentenciado a vivir sin ti.
Que son los defectos especiales
de este microfilm cobarde
que grabo en los aeropuertos.
Que me tienen atormentado
las dos cadenas que cuelgan
doblegadas en mi cuello.
Que tu olvido no tiene fin,
que nunca llega,
que hoy desarmo esta contienda
de garabatos indelebles en la piel.
Que en el fondo de mi cartera
se pierden los sueños y la fe.
Que sin ti no tengo nada que perder
que ya no me asusta la carretera
que vivir sin ti no es morir
es caer en la trinchera
y no poder salir.
 Que a ratos brotan de mi cabeza
pájaros de alas negras.

Y el mundo sonríe
y el mundo es un hipócrita
un renegado que se cree asceta
un soplagaitas amargado
que ya no me canta las cuarenta.
Un beodo triste y amargado
que llora por las esquinas
de los bares que frecuentas.
Un lugar lleno de charcos
que mojan pero no ahogan
un oscuro redil de la memoria
de haberte tenido en mis brazos
de haber sentido tu calor,
tu voz en mis huesos,
tu locura transitoria...

Y ahora no me importa esperarte
que todavía me quedan 
cinco vidas para amarte.
Y los problemas que resuelvas
serán juez y parte
de la Luna que 
te vio marchar aquella tarde.

Que te quiero
y no me da miedo 
mancharme las manos
al escribirte este poema
arrancado de mi propia sangre.

Y ahora me callo
ya está bien de esconderme
tras este papel macilento,
ya habrá tiempo para hablar
y arrepentirme de no haberlo hecho antes.

domingo, 10 de abril de 2016

Me engaño a mi mismo

Me engaño a mi mismo
cuando me siento y escribo
pensando que por un momento
leerás esto y serás más feliz
pero se que no es cierto
que no me necesitas
y nunca lo has hecho
que el paso por tu vida
no marca en ti
un nuevo día
y mucho menos un porvenir.
Me engaño a mi mismo
diciendo que no te quiero
y que no te voy a escribir
pero siempre caigo
en los recuerdos
tan recientes, tan lejanos
tan propios y, a veces, tan ajenos.
Y me engaño, y me engaño
momento tras momento
fingiendo que todo está bien
que todo es como debe ser
pero llega la noche de domingo
y siento que me pierdo
cuando miro el móvil
y no veo tus mensajes.
Y de nuevo me engaño a mi mismo
gritando a pierna suelta 
entre mis sueños
 que esto no es lo importante 
que tenemos lo que merecemos
y tarde o temprano vendrás a buscarme
pero pasa el momento de lucidez
llega la mañana
y como si de una migraña se tratase
me dueles en lo más profundo del alma.
Y salgo a la calle
 sonrío entre la gente
y hago las cosas que hacen 
los que no quieren hacer nada.
Llega la noche otra vez
enmascarada de alcohol y cinismo
y de nuevo, sin querer, pero sabiendo
me engaño a mi mismo.

domingo, 3 de abril de 2016

Hoy es ese día

Hoy es ese día
en el que todo 
es un espejo del cielo
domingo gris color ceniza.

Hoy es ese día
donde mis lágrimas 
nacen en el puño desterrado
de la dañina contienda sin sentido
que ha desatado este huracán
ufano, feroz, desmedido.

Hoy es ese día
en que me pierdo en la bebida,
gota a gota me ahogo
en lo que creía ver, pero no existía
en los garabatos negros
de un alma marchita.

Hoy es ese día
en el que sueño que acabe el día,
pero tu recuerdo me despierta
cada vez que cierro los ojos
y entre silencios rezo
al dios de tus caricias
rogando que me permita
olvidar lo que no has dado,
aunque tan sólo sea
por este día.

sábado, 2 de abril de 2016

Lo que me jode

Lo que me jode
es que son los muros
contra los que me estrello
los renglones en blanco
de esta estaca oxidada
clavada en el pecho,
las condiciones de contorno
de un poema sin solución
Que siempre me empeño
en arrancarme del alma
lo que más quiero y sueño.
 Que siempre están rotas
las ramas de este árbol
donde cuelgo las notas
y me hago pedazos.
Que lo mismo que me salva
es lo que hoy me entierra
en una fosa común de barro.
 Que lo siento todo, cada pedazo
cada acorde desafinado
cada golpe de remo
en un mar vacío de súplicas.
 En este paraje yermo
que ahora es mi vida.
Que no tengo remedio
 que no hay forma de librarme
del serrín en la cabeza
y las horas eternas
que se atragantan en mi sangre.

viernes, 1 de abril de 2016

Respira

Y sólo espero que
lo más poético
que te haya pasado hoy
no sea este poema.
Que hayas amado
con todas tus fuerzas
que hayas sufrido y llorado
y que, al final, de entre los dedos
te hayan estirpado las penas.
Que durante un minuto
hayas sentido la vida llena
de color y de armonía
escuchando como suena
cada nota en tu memoria.
 
Sólo espero, que aunque
estés cumpliendo condena
el pijama azul no sea tu cárcel
sino el viento
que espolea tus alas.
Que la lucha no acaba
pero las fuerzas tampoco.
Y la armadura de rastrojos
que has construido
se hará liviana.
 
Así que no tengas prisa
date tiempo,
piensa y Respira.
 
Y cuando estés lista
avísame para cantarte
que la vida
es muy bonita
pero sobre todo,
si la compartes.

viernes, 25 de marzo de 2016

II

Se que me miras
y aunque no lo admitas
sufres en silencio.
Ambos conocemos el precio
de callar cuando no toca
y hablar de más
cuando ha llegado el momento
de no volver a abrir la boca.

Ecos de un noctámbulo

A lo lejos,
casi de forma imperceptible
puedo escuchar, como un eco
la sirena de un barco.
Y por un segundo
siento nostalgia de lo pasado
el olvido de los puertos
y los mares encabritados.

De la misma forma
escucho tu voz,
como el más leve susurro
en mi memoria,
como un orgasmo
de sentidos apagados
que vuelven a renacer.

Y es difícil, a veces, creer
que no fuera todo
un sueño frágil y absurdo,
un sin sentido 
que pasará por nuestras vidas
sin hacer ruido.

Pero he decidido
mantenerme expectante
dejar que los días
poco a poco giren y avancen
hasta que sea inevitable
 conocer la verdad

y despertarme.

viernes, 11 de marzo de 2016

Charlas de psicología y plasma

Recuerdo las gotas que,
 como estrellas fugaces
caían desde tu paraguas.
Tu sonrisa era perfecta,
iluminaba la calle tu mirada
y las aceras
se hacían eco de tus pasos.
Recuerdo tu voz,
mucho más dulce 
de lo que esperaba
y el miedo
en mis manos temblorosas.

Recuerdo el aire distinto del bar
la primera cerveza
la luz ténue, los poemas.
Las charlas de psicología
y la física de plasmas.
La fusión de una mirada
un instante, un segundo.
Quizás sólo fuera
el saludo de dos almas profanas
y, porque no, atormentadas
que reconocieron al verse
letras de vidas segmentadas.
Recuerdo al salir
las farolas iluminando
las calles vacías y mojadas
y mi sombra correteando
entre los pies.
Recuerdo que hace mucho
que ya no tenía ganas
de vivir el mundo,
de comerme el mundo,
hasta ver la luz...

Esa espectacular luz 
insurgente
que no teme a nada
ni a nadie.

Esa luz que yace 
en lo más profundo de tus ojos
entre las sombras de tu alma.

Recuerdo

que no quiero recordarte
sino vivirte
como la más lejana
aurora en el cielo.
Como el sueño 
del que no quieres despertar,
cuando llega la mañana.

lunes, 7 de marzo de 2016

I

A traición iba la pregunta
sabiéndose mi condición
de poeta alcoholizado
"¿Soy la mejor?"
Sólo una frase
podía surgir
 de mis labios
 
"Lo eres"

domingo, 28 de febrero de 2016

Borracho

No tengo fuerzas para escribir.
Estoy borracho, lo sé.

Estoy borracho por ti.

Porque siento que te escapas
que no te alcanzo
que el tren avanza más rápido
que mis propios pasos.

Hoy estoy borracho
de angustias y de penas
que quemo en este vaso
cargado de ginebra.

No te conozco. 
No se quien eres.

y estoy borracho.

Necesito ver y sentir
la mirada tuya en mis ojos
como el alcohol en mis venas.

Digo que pienso en ti
pero miento,
no eres tú, sino mil
las personas que veo

y no siento mías.

Más lejano es el punto final.

Acaba este teatro.


Esta orgía sin nombre
de sentimientos
profanos y absurdos,
  este epílogo con resquemor.

Aunque creo que lo sabes
yo también he sufrido
y veo cada instante
que te alejas de mi.
Quisiera saber
 por un segundo
lo que pasa por tu mente
las palabras prohibidas,

tenerte

en mi pecho dormida
y saber que las heridas
a veces también sanan.

Hoy estoy borracho por ti
y por el espejismo de la muerte
prematura esencia

de tu olvido.

Quiero perder el control
 y el sentido
cuando te acercas
 y robas mi aliento
el fuego interno
que corre por mi sangre.

Daría lo que fuera
 por olvidarte 
pero lo siento,

no puedo.

Daría lo que fuera
 por recordarte
cuando aún no existías

y mi vida lloraba por nosotros.

Cuando aún no moría
por tocarte.

Te juro, mi vida,
que daría lo que fuera
por emborracharme sin esa canción
 sin ese estribillo que tarareas.

Cuando todo era simple
y mis lágrimas no lloraban 

por ti.

Que esta noche quiero emborracharme
y llorar sin tu recuerdo
sin sentir el desastre
que fue querernos.

Y no dejo de soñar.

Dos manos ancladas a un piano
y el miedo encendido en alcohol
gritando
llorando, oprimido
escondido, perdido, acojonado
asustado, destrozado, rebentado, ¡muerto!

En una esquina,
en un rincón oscuro


Desgarrándose.

viernes, 19 de febrero de 2016

Y habrá que esperar

Y habrá que esperar
que los errores se enmienden,
que el tiempo pase 
y las heridas sanen.

Y habrá que esperar
a que cicatricen los cortes,
que las marcas de la piel
sean borradas de la memoria.

Y habrá que esperar
que las farolas fugaces
nos roben de nuevo la vida
y ahoguen en olvido la ponzoña.

Y habrá que esperar
que no todo es rápido ni fácil,
cuando las lágrimas perdidas
se tiñen de negro y carcoma.

Y habrá que esperar
aunque espero no mucho,
para que de nuevo seas la niña
de ojos felices y profundos.

miércoles, 17 de febrero de 2016

A fuego lento

Esta noche he soñado contigo
no era nada importante,
no era mágico o especial.
Pero durante un momento
podía sentir lo que es mirarte.
Veía tu pelo ondear al viento
y tus ojos perderse en la tarde.
Sonreías como nunca antes lo has hecho
sonreías a la vida, 
a las ganas de ser feliz.
Porque en el fondo lo eras,
aunque fuera sin mí.
No importa que no me quieras
mientras sonrías estaré bien.
Se que no todo llega,
a veces, ni a su debido momento,
no espero que lo entiendas,
ni que sientas lo que yo siento.
Sólo espero recordarte, 
como te he visto hoy,
que al cerrar los párpados te sueñe
una vez tras otra, como en bucle,
y creer que en otra vida 
nos soñaremos juntos
y serán nuestros labios
los que unidos, a fuego lento,
sellarán poco a poco la tarde.