Estas son las palabras
que nunca me gritaste
las que nunca marcaron
con arañazos mi carne
las de ayer por la noche en tu cama
cuando los versos sudaban
entre tus dos piernas desnudas
y la falda moría de envídia
arrodillada en la silla del salón.
Estas son las palabras
Estas son las palabras
que ya no quiero
las que no volveré a llorar
las que en el fondo
siempre me juraron
que se irían con otro.
Y ahora reescribo la despedida
que debí darte hace tiempo.
Estoy harto de perder la vida
la que dejo en estos renglones.
No volveré a caer ni desangrarme
Que a este poeta no le queda
ni una sola gota de tinta
y mucho menos
de sangre.