lunes, 25 de abril de 2016

No me gusta mojarme

No me gusta mojarme
que las gotas de agua
oxidan mi alma destilada.
Que las manchas de barro
son en mis botas la balanza,
el peso muerto que llevo a rastras
cuando intento escapar y no puedo.
Que son las gotas en mis gafas
lágrimas escanciadas de guerra fría,
el olvido entre las sábanas de tu cuarto.

No me gusta mojarme
que las gotas que se calan
entre las nubes de asfalto
son enredaderas que trepan
como yo hice por tu cuerpo. 

No me gusta mojarme
que las gotas de agua
se me pegan en los huesos
como el alcohol y la madrugada.

No me gusta mojarme
que la lluvia me recuerda a ti
cuando te quise dar todo
y tú, amor,
 ya no estabas.

¡Oh, Guadalajara!

Que no son más diáfanas las flores
que el hecho de la vida eterna.
Que al igual que las verdes praderas
la esencia de una vida plena
acaba esta tarde de domingo.
Que no hay camino o acera
que no sea buena cama
para el mendigo.
Que en las tardes ajenas
la triste Guadalajara
guarda el recuerdo del Sol
en las acequias grises y empedradas.
Que no hay lugar más oscuro
aún cuando la luz baña
por completo sus lindes.
Que en este mundo no existe
una tierra tan breve ni tan simple
como la muerte blanca
de las carreteras estancadas
que me llevan a sus pies. 
¡Oh, Guadalajara!
Tierra vacía de pájaros libres
lléname de tu infinita ausencia
Madre patria de nadie...
Te quiero tanto 
que la vida pasa y 
yo ya no soy nadie
por pensar en ti
como quien piensa
en los baldíos ecos del hambre.

martes, 19 de abril de 2016

Requiem a una mosca

Lo siento.

No se que impulso animal
me ha llevado a hacerlo
y se que mil poemas no bastarán
para recuperar lo que hoy se ha perdido.
Que de entre todas las cosas
hace nada eras un ser vivo
y ahora como una foto en blanco y negro
duermes por siempre en el olvido.
Que mi memoria no te recordará
más de dos o tres minutos
pero merecías este requiem.

Y quizás no sea suficiente
para que todo el mundo que hoy respira
recuerde tu último aliento.
Tú que fuiste tan capaz
aferrándote cada segundo
a un instinto puro y necesario.

Ahora sólo espero que tu muerte
lleve mi errático vuelo
lejos de aniquilar otra vez
lo que un día fue
y ahora ya no existe.

Lo siento, mosca.

Este canto te pertenece
porque al igual que tú,
vago perdido en este infierno.
Al igual que a ti,
alguien me aplastará
dejando un rastro amargo
de luz y sombra.

Porque sé, que al final de los días
nadie me escribirá,
porque al final de esta partida
sólo seré una mosca más,
como tú lo fuiste hoy,
muerta y perdida en el retrato
 del asesino que te arrebató la vida
y ni siquiera se ensució las manos.
 

domingo, 17 de abril de 2016

Muerte

Muerte:
Estado relativo de la vida
en el que sueñas con algo mejor
y que por mucho que lo intentes
nunca lograrás tener.
Como tú, mi vida
que dueles, aún después de morir.


A ratos la muerte me persigue
y otros la persigo yo a ella,
no es nada extraño, simplemente
 tenemos un relación abierta.
Y con el paso de los años
la observo más inquieta
como si quisiera decirme algo
y yo, pobre mortal, no la entendiera.
Veo su sombra cada noche
en los portales que se cierran
en todos los bares y fiestas
que me empeño en recorrer,
con el único fin de comprender,
de obtener una simple respuesta.
 No es mi culpa enamorarme,
siempre me han gustado
los casos más extraños.
No pido tanto, aunque no me creas
besar esos labios,
 notar el final de cerca
y despedirme.
Quizá sea mejor así,
 seguir luchando cada día.
Pero si algún día te la encuentras
dile que la estoy esperando
y que aunque no lo parezca
hace mucho que la observo
al fondo de los acantilados.
 
 

sábado, 16 de abril de 2016

Poesía

Ayer descubrí que la poesía
ya no es Benedetti, ni Becquer,
que no canta Machado saetas
que la generación del 27
hace mucho que está muerta
y Lorca sigue tirado en aquella cuneta.

No, la poesía no es lo que era
o lo que yo quisiera recordar que fue,
en su lugar sólo veo bares
donde el alma se vende por una cerveza
y el amor es una orgía descontrolada
de penas y licores.
Que un polvo en cualquier baño
dice más de ella que cualquier recital.
La poesía ya no es lo que era,
murió el día en que un poeta
te trató como si fueras carnada
y tú, dulzura, en aquella barra
con más ansias que ganas, lo esperabas.
La poesía ya no me hiela la sangre
tan sólo me recuerda
a las noches profanas y absurdas
a la pérdida de tu nombre en mis entrañas
el dolor en los huesos que me queda
de quererte, como nunca quise a nadie.

Te fuiste con un poeta
y con él te fuiste tu,
que siempre fuiste mi verdadera poesía
lo que siempre quise escribir
el principio y el fin
de cada uno de mis poemas.
 

jueves, 14 de abril de 2016

Roto

Roto

Roto como mis manos
tras golpear aquel cubo de basura
que se interpuso en mi camino.
Roto como el alma sucia
que tengo pegada en los huesos.
Roto como el silencio
de esta vida que llevo 
que a ratos duele y otros
 es sólo una caricatura.
Roto como el corazón agujereado
de quien lo ha dado todo
y sólo recibe puñaladas bajo la cintura.
Roto como la esperanza
esa asquerosa tortura
que nos confiere una seguridad
falsa, ingenua y oscura.
Roto como la mordaza
que tapa estos ojos muertos
de poeta fracasado bajo las sombras
que delatan mi posición bajo la luna.
Roto como esa farola
que está debajo de tu casa.
Roto como la vida que soñaba
vida, que no es vida, sino muerte
cuando te empeñas en señalarme
que no me engañe, que no hay nada.
Roto como mis botas llenas de mugre
de andar las calles tras tus pasos
y en cualquier lugar perderme.
Roto como las copas 
que nos bebemos por los bares.
Roto como el espejismo
que durante dos minutos y medio
proporcionan tus palabras
cuando me susurras al oído.
Roto como las comisuras de unos labios
que te empeñas en negarme.
 Roto como las palabras
que desangro en este papel.
Roto como el suelo bajo mis pies
cuando salgo del metro
y dejo de saber quien es.
Roto como la muerte próxima
que viene a por mi,
a sacarme de este calvario
que es mirar atrás y verte con él.

Y ahora
 aquí estoy, sin ti,
Roto.
 

lunes, 11 de abril de 2016

Bajo la trinchera

Cada mañana te veo
cuando se empeña en recordarte
la pantalla del metro
pero no es mi culpa
ni la de nadie
que fuera en Quevedo
donde me encontrases.
Que ya no se como escaparme
de este augurio inexplicable
esta playa sin mar
este semáforo sin malabares.
No se como explicarte
que soy un pobre reo
sentenciado a vivir sin ti.
Que son los defectos especiales
de este microfilm cobarde
que grabo en los aeropuertos.
Que me tienen atormentado
las dos cadenas que cuelgan
doblegadas en mi cuello.
Que tu olvido no tiene fin,
que nunca llega,
que hoy desarmo esta contienda
de garabatos indelebles en la piel.
Que en el fondo de mi cartera
se pierden los sueños y la fe.
Que sin ti no tengo nada que perder
que ya no me asusta la carretera
que vivir sin ti no es morir
es caer en la trinchera
y no poder salir.
 Que a ratos brotan de mi cabeza
pájaros de alas negras.

Y el mundo sonríe
y el mundo es un hipócrita
un renegado que se cree asceta
un soplagaitas amargado
que ya no me canta las cuarenta.
Un beodo triste y amargado
que llora por las esquinas
de los bares que frecuentas.
Un lugar lleno de charcos
que mojan pero no ahogan
un oscuro redil de la memoria
de haberte tenido en mis brazos
de haber sentido tu calor,
tu voz en mis huesos,
tu locura transitoria...

Y ahora no me importa esperarte
que todavía me quedan 
cinco vidas para amarte.
Y los problemas que resuelvas
serán juez y parte
de la Luna que 
te vio marchar aquella tarde.

Que te quiero
y no me da miedo 
mancharme las manos
al escribirte este poema
arrancado de mi propia sangre.

Y ahora me callo
ya está bien de esconderme
tras este papel macilento,
ya habrá tiempo para hablar
y arrepentirme de no haberlo hecho antes.

domingo, 10 de abril de 2016

Me engaño a mi mismo

Me engaño a mi mismo
cuando me siento y escribo
pensando que por un momento
leerás esto y serás más feliz
pero se que no es cierto
que no me necesitas
y nunca lo has hecho
que el paso por tu vida
no marca en ti
un nuevo día
y mucho menos un porvenir.
Me engaño a mi mismo
diciendo que no te quiero
y que no te voy a escribir
pero siempre caigo
en los recuerdos
tan recientes, tan lejanos
tan propios y, a veces, tan ajenos.
Y me engaño, y me engaño
momento tras momento
fingiendo que todo está bien
que todo es como debe ser
pero llega la noche de domingo
y siento que me pierdo
cuando miro el móvil
y no veo tus mensajes.
Y de nuevo me engaño a mi mismo
gritando a pierna suelta 
entre mis sueños
 que esto no es lo importante 
que tenemos lo que merecemos
y tarde o temprano vendrás a buscarme
pero pasa el momento de lucidez
llega la mañana
y como si de una migraña se tratase
me dueles en lo más profundo del alma.
Y salgo a la calle
 sonrío entre la gente
y hago las cosas que hacen 
los que no quieren hacer nada.
Llega la noche otra vez
enmascarada de alcohol y cinismo
y de nuevo, sin querer, pero sabiendo
me engaño a mi mismo.

domingo, 3 de abril de 2016

Hoy es ese día

Hoy es ese día
en el que todo 
es un espejo del cielo
domingo gris color ceniza.

Hoy es ese día
donde mis lágrimas 
nacen en el puño desterrado
de la dañina contienda sin sentido
que ha desatado este huracán
ufano, feroz, desmedido.

Hoy es ese día
en que me pierdo en la bebida,
gota a gota me ahogo
en lo que creía ver, pero no existía
en los garabatos negros
de un alma marchita.

Hoy es ese día
en el que sueño que acabe el día,
pero tu recuerdo me despierta
cada vez que cierro los ojos
y entre silencios rezo
al dios de tus caricias
rogando que me permita
olvidar lo que no has dado,
aunque tan sólo sea
por este día.

sábado, 2 de abril de 2016

Lo que me jode

Lo que me jode
es que son los muros
contra los que me estrello
los renglones en blanco
de esta estaca oxidada
clavada en el pecho,
las condiciones de contorno
de un poema sin solución
Que siempre me empeño
en arrancarme del alma
lo que más quiero y sueño.
 Que siempre están rotas
las ramas de este árbol
donde cuelgo las notas
y me hago pedazos.
Que lo mismo que me salva
es lo que hoy me entierra
en una fosa común de barro.
 Que lo siento todo, cada pedazo
cada acorde desafinado
cada golpe de remo
en un mar vacío de súplicas.
 En este paraje yermo
que ahora es mi vida.
Que no tengo remedio
 que no hay forma de librarme
del serrín en la cabeza
y las horas eternas
que se atragantan en mi sangre.

viernes, 1 de abril de 2016

Respira

Y sólo espero que
lo más poético
que te haya pasado hoy
no sea este poema.
Que hayas amado
con todas tus fuerzas
que hayas sufrido y llorado
y que, al final, de entre los dedos
te hayan estirpado las penas.
Que durante un minuto
hayas sentido la vida llena
de color y de armonía
escuchando como suena
cada nota en tu memoria.
 
Sólo espero, que aunque
estés cumpliendo condena
el pijama azul no sea tu cárcel
sino el viento
que espolea tus alas.
Que la lucha no acaba
pero las fuerzas tampoco.
Y la armadura de rastrojos
que has construido
se hará liviana.
 
Así que no tengas prisa
date tiempo,
piensa y Respira.
 
Y cuando estés lista
avísame para cantarte
que la vida
es muy bonita
pero sobre todo,
si la compartes.