lunes, 17 de abril de 2017

III

Los árboles alicatados
son siempre nidos de alimañas
y las ganas de escribir menguan
al saber que no estás cerca.
Guardaremos para mañana
lo que no podamos comer hoy
y barreremos los rastrojos del alma,
aún sabiendo que el vacío
sigue rondando mis pestañas
y las raices en mis pies ahora forman
nubes de algodón y viejas telarañas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario